Como ya te hemos mencionado antes, el mantenimiento de las láminas es un proceso esencial para mantenerlas en perfecto estado mucho tiempo. Y sin duda la parte principal del mantenimiento es la limpieza.
Es muy importante hacer una limpieza periódica para eliminar basura, polvo y agua que pueda llegar a acumularse, sin embargo también es indispensable hacer limpiezas más profundas de manera cotidiana.
El día de hoy traemos para ti tres métodos para limpiar tus láminas de manera correcta. El método indicado para ti dependerá del nivel de suciedad de tu techo, así como del tiempo recurrido desde su última limpieza.
Limpieza en seco
Este es definitivamente el método más sencillo. Únicamente debes contar con un paño de microfibra y un poco de agua. Debes remojar ligeramente el paño en el agua y pasarlo sobre la lámina con un poco de presión para eliminar cualquier desecho. Es importante que exprimas muy bien el paño para evitar dañar tu techo.
El agua comenzará a eliminar toda la suciedad que se haya albergado en nuestra lámina. Realizar este método de manera periódica aumentará la vida útil de nuestro techo y reducirá la necesidad de realizar limpiezas más profundas.
Limpieza con agua
Si cuentas con una lavadora a presión descubrirás que esta puede ser tu herramienta más útil para el cuidado de tus láminas. Antes de comenzar debemos asegurarnos que nuestra máquina cuente con un motor menor a 1450 libras-fuerza por pulgada cuadrada, de esta manera no dañaremos el recubrimiento de nuestra lámina. Rociaremos el agua a presión sobre las manchas de suciedad o restos químicos que pueda tener nuestra lámina. Como podrás ver este método es fácil y rápido.
Limpieza con cera
Este proceso es un poco más complejo pero mucho más eficiente para retirar manchas en las láminas. Debes comenzar limpiando con un poco de agua y jabón (puedes utilizar tu detergente favorito) la lámina para eliminar el polvo. Después de esperar unos minutos a que esté completamente seca pasaremos a encerar nuestro material.
Tomaremos un poco de cera con un paño seco y lo untaremos en todo nuestro techo utilizando movimientos circulares. Dejaremos reposar esta pasta por una hora y retiraremos con la ayuda de un paño seco.
Limpieza con químicos
Este método es el más complicado de todos por lo que solo lo recomendamos en casos donde la lámina esté demasiado sucia y presente grandes manchas de humedad y/o suciedad.
Antes de comenzar es indispensable que te coloques un equipo de seguridad que proteja tu piel y ojos, si no estás seguro de que equipo de seguridad necesitas puedes visitar nuestra página y encontrar todo lo que tenemos para ti.
Ya protegidos de los químicos comenzaremos a trabajar en nuestra mezcla. En una cubeta (que no pienses ocupar para otra cosa) colocaras una parte de amoniaco o vinagre por cada diez partes de agua. Sumergiremos un cepillo en esta mezcla y cepillaremos toda la superficie de nuestra lámina
Las manchas y la suciedad comenzarán a desaparecer, y una vez limpia, deberemos enjuagar el área con agua. Una vez seca, nuestra lámina se verá como nueva.
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